CONTRA VIENTO Y MAREA .

martes, 21 de agosto de 2012

Recordaba aquel día como si lo estuviera viviendo ahora, imaginaba cada mirada como destellos de luz en el medio de la oscuridad, soñaba la repetición de cada una de esas escenas, cada abrazo y cada gesto, cada melodía en tus palabras, el punzante apretón de manos que nos dimos, mi cabeza en tu hombro, dos personas en el medio de un abismo, de un mundo que se llama así porque alguien decidió que así fuera, sin saber quienes son, que hacen ahí, en ese instante, abrazados, y encima regalándose el tiempo, ese minuto que saben que no volverá. Pero sin embargo, a pesar de todo aquello, y de no quererse lo suficiente, prefieren no soltarse la mano.

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